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sobre el complot

Entre luces de neón camino, los pasos se me hacen grandes cuando las lámparas de las farmacias miran donde van los pies, con la cara salada brinco de banqueta en banqueta sacando la lengua a todo cuanto veo, arrancando historias incompletas voy, insistiendo que la noche se ríe de uno como fiel payaso o como putita de esquina sin corsé. La vida no cobra barato, es mas he llegado ah pensar que es cara pero también que es justa, te arranca besos y te hace el amor tan dulcemente que no puedes dejar de regresar por mas dolor, solo cobra por su trabajo. Entre murmullos de comadres estrelladas escuche por ahí, y no es que quisiera escucharlo, fue solo casualidad, pues ser chismoso es una cualidad que aun me falta mucho para obtener o para heredar, escuche por ahí que hay un complot entre la noche, la vida y el suicidio. La vida le paga a la noche para que no diga absolutamente nada a nadie de que el suicidio es el paso a la libertad en su estado más puro, más completo, momento cero, mas mejor diría un amigo. Es raro que se percaten de que la concepción es la primera cárcel para quienes venimos al mundo. Lo del libre albedrio es solo un cuento para los niños. De primera te encierran entre paredes rojas, no te dejan ver y por si fuera poco te amarran a otro ser mediante un cordón, después de eso se inventaron las esposas. El suicidio esta contento por que con el dinero que le dan a la luna se compra cervezas, brindando por el poco trabajo que le dejan. La luna hace fanfarrea por pagarle al suicidio por el derecho de cogerle confianza, mientras la vida mira en el youtube los videos guarros que dejan cada semana. Yo leo y veo, pero muy poco, hago más de mis horas caminar sin un punto preciso a donde llegar. Por eso correteo entre banqueta y banqueta, platicando que el mundo al que venimos ya se acabo y solo sobrevivimos entre escombros, me rio de tal miseria, de mi miseria, de nuestra miseria. Aunque abstengo comentarios para los que dicen querer comenzar de nuevo, se respeta, para mi es solo enderezar la jeta a los madrazos y pretender que hay un pretexto para olvidar el pasado. Aun opino que somos lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, aunque enloqueceremos en un futuro. Yo me adelanto, insisto; ser loco, no es estar de moda, es una necesidad de todas horas. Por eso me visto de blanco y le saco la lengua a las personas, un costal de sonrisas me llevare de regalo y con ellas quiero que me cremen. Las decisiones están tomadas, emprendo la carrera tirando los modales al suelo para que cuando la vida se empine a levantarlos, le recoja los recuerdos, le arranque un grito de felicidad y así la noche se distraiga para meterle dos patadas y un manazo en el pescuezo. Esperando a que en caliente me amarre las anginas al pecho para pegarme un tirito con el suicidio y arrancarle por la fuerza la felicidad de ser libre que tanto anhelo.